Parque nacional Puyehue

Recorrer el Puyehue con el lápiz de un guardaparque y los pies de un chileno

La gran experiencia de un funcionario de Conaf le dice que el turista nacional camina poco. Para ellos ofrece una clase con panoramas que requieren poco esfuerzo para encontrarse con lagunas apocalípticas y vistas paradisiacas. Todo en el mismo lugar y sin derramar una gota innecesaria de sudor. Los parques también son para los flojos.

por José Pablo Harz
LUNES 09 DE MARZO DE 2015
Conoce el parque nacional Puyehue y sus alrededores

“Hay unos senderos bien cortitos por aquí cerca, especiales para chilenos. Se pueden ver algunos saltos, sacar buenas fotos y volver a la casa a almorzar. Porque estamos claros, el chileno es flojo, nunca quiere caminar de más”. El lapidario comentario es de uno de los guardaparques del sector Anticura, que se acerca a una maqueta, pide disculpas por lo antigua y poco detallada de ésta, y comienza a hablar. A dar clases. Su nombre prefiere mantenerlo en el anonimato. Lo importante, dice, es el mundo que se esconde en el Parque Nacional Puyehue. Las cientos de actividades que se pueden hacer sin necesariamente tener que caminar uno, dos o más días. Justo cuando comenzaba con la disertación, una pareja lo interrumpe para preguntarle por algún sendero-no-tan-largo-para-realizar-en-familia. Les da una respuesta amable, los acompaña hacia la salida, da media vuelta y sonríe.

Los senderos para chilenos de los que habla el guardaparques tienen alrededor de un kilómetro con algo de pendiente, y entre ir y volver, como bien dice, no toman más de una hora y media. En lo que se queda un poco corto es en lo de las buenas fotos. Para alguien que vive en una ciudad o en una zona más urbana, poder observar de cerca saltos como el del Indio o la Princesa, bañarse en el pozón que se forma tras la caída del Salto del Pudú –una cascada de cerca de 10 metros- o subir hasta el Mirador del Puma y contemplar el Volcán Puyehue rodeado por valles kilométricos de bosque nativo es, a lo menos, novedoso. Y para muchos si eso se logra caminando poco, mejor.

Datos del parque
  • Ubicacion: 80 kilómetro al este de Osorno
  • Superficie: 107.000 hectáreas
  • Cuándo: Todo el año
  • Atracción: Lago Constancia
Actividades

Si no se quiere caminar en absoluto, el Puyehue también se puede recorrer en vehículo. La Ruta 215, que une Osorno con Bariloche, atraviesa gran parte del parque y se puede aprovechar esta comodidad para visitar otro de los imperdibles de la zona: luego de hacer los trámites en el paso internacional Cardenal Samoré y avisar que solamente se llegará hasta el límite con Argentina (le requisarán el C.I hasta que regrese), hay una serie de pequeñas lagunas que bordean la carretera. La mayoría tiene sus costas cubiertas por las cenizas que recuerdan la erupción del Cordón del Caulle en 2011, las que en su momento incluso llegaron hasta Oceanía. Si se visita para el atardecer la sensación será apocalíptica. Cadáveres de de lo que alguna vez fueron frondosos árboles, piedras volcánicas y brasas que aún arden debajo de la esponja de cenizas, anteceden a las aguas que toman un color rojizo y que perfectamente podrían servir de set para ambientar una película basada en el fin del mundo. A esa hora, además, el flujo de vehículos es prácticamente nulo y la sensación de soledad aporta aún más al guion escrito por el paisaje.

En esta misma zona se encuentra otro de los grandes hitos del Puyehue: el Lago Constancia. Este paseo, advierte el guardaparques, está hecho para los gringos. “Son 22 kilómetros de caminata, pasando por Pampa Frutilla, hasta llegar a uno de mis lugares preferidos de la zona. Ahí se puede subir al cerro El Mirador y quedarse pegado un buen rato mirando el lago. Lo más recomendable es hacerlo en dos días”, comenta mientras con la parte trasera de un lápiz va demarcando la ruta en la reproducción del parque hecha en papel maché. Para los chilenos, ironiza, existe la posibilidad de llegar en auto y justo antes de cruzar a Argentina hay una huella para vehículos que los dejará a unos cuantos kilómetros de las cristalinas aguas que se encuentran a más de 1.200 metros sobre el nivel del mar. Hay que tener en cuenta que esa zona no tiene senderos marcados y se debe estudiar la ruta a conciencia. Muy cerca de ahí, en 2013, el turista israelí Erez Szpakier estuvo perdido nueve días hasta que fue rescatado por un helicóptero particular.

Otro de los sectores del parque es el de Aguas Calientes, que se encuentra a cuatro kilómetros de la 215 por una salida bien señalizada. Ahí, además de tener una maqueta tecnológica que funciona con botones y un complejo hotelero concesionado con termas, está el Volcán Casablanca, que con sus 1.990 msnm es un gran panorama para quienes se están iniciando en la ascensión de montañas. Tanto así, que con vehículo se puede llegar a quedar a dos horas de la cumbre. A diferencia del manto blanco que lo cubre en invierno y que sirve de sede para el centro de ski Antillanca, en verano el macizo luce solamente unos pocos planchones de nieve. Desde arriba se pueden observar los volcanes Puyehue y Puntiagudo además de prácticamente toda la montañosa geografía del área silvestre protegida.

El lápiz o, a esta altura, puntero del guardaparques se posa en uno de los puntos que brillan al mirar desde las alturas del Casablanca. Es el Lago Paraíso. Son siete kilómetros de trekking por una zona en que la panorámica es mucho más generosa que en los clásicos senderos encajonados por la espesa selva de la zona. Las planicies verdes y los inmensos coigües, que parecen haber sido plantados por el mejor paisajista, adornan este paseo por la pradera que, siendo chileno, asiático, europeo o norteamericano, no debiese tomar más de dos horas antes de arribar a una playa con arena suficiente para tender una toalla y disfrutar, rodeado de colinas colapsadas de flora nativa, de un merecido descanso.

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Caminar por Santiago. Recorrer la Alameda entera e inmiscuirse en cada una de las calles que la cruzan. Visitar a pie las comunas de Puente Alto, Colina y Peñaflor. Terminar y darse cuenta que completaste una travesía de 70 mil hectáreas que conforman la capital de Chile.

#Parques2015 es algo así, pero 128 veces más grande. Los edificios y el cemento cambiarán por más de 9 millones de hectáreas conformadas por alerces milenarios, lagunas vírgenes, áridos desiertos, glaciares en peligro, pumas e historias desconocidas hasta ahora.

Serán cinco meses de recorrido por los 36 Parques Nacionales del país. Un viaje que contempla 12 mil kilómetros de trayecto por tierra, además de otros ocho mil kilómetros por mar y cielo.

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