Los Juegos Olímpicos de Moscú serán recordados principalmente por sus ausencias. Un año antes del certamen, la Unión Soviética invadió Afganistán, detonando la amenaza de boicot que lideró Estados Unidos. Ante la negativa de los soviéticos de echar pie atrás, un total de 65 países se excusaron de asistir a la cita, reduciendo el número de participantes al más bajo de los últimos 24 años.
Las ausencias significaron una clara baja en la competitividad de los juegos, pero no así un descenso en el nivel, ya que se quebraron un total de 36 récords mundiales y 74 marcas olímpicas. Con los estadounidenses fuera de carrera, los podios quedaron despejados para los deportistas soviéticos.
Uno de ellos fue el gimnasta Aleksandr Dityatin, quien se convirtió en el primer deportista en ganar ocho medallas en una misma edición de los juegos. Tres de sus preseas fueron doradas y cuatro de plata. Además, fue el primer varón en conseguir una nota "10".
El boxeador cubano Teófilo Stevenson una vez más dejó clara su superioridad en los pesos pesados. Obtuvo su tercera medalla de oro consecutiva, convirtiéndose en el primer púgil que logra ganar su categoría tres veces.
Un duelo emocionante protagonizaron los británicos Steve Ovett y Sebastian Coe, dueños de las mejores marcas en 800 metros y 1.500 metros. Finalmente se repartieron las medallas de oro en una y otra prueba.
Ante la ausencia de varias potencias mundiales, Cuba alcanza un protagonismo inédito, al punto de llegar al cuarto lugar en el medallero final. Esa es la posición más alta a la que ha llegado un país latinoamericano en los juegos.