Por primera vez en veinte años, todas las naciones del mundo presentes en el COI llegaron a la Villa Olímpica. Nada de boicots, nada de disidentes. Incluso Sudáfrica, luego de 32 años sin participar, fue bienvenida en Barcelona, cuyos juegos además coincidieron con la celebración de los 500 años del descubrimiento de América.
Pese al récord de deportistas participantes, hubo un pequeño grupo de gigantes que se hicieron fácilmente distinguibles. Tras la decisión de aceptar jugadores de baloncesto profesionales, las estrellas de la NBA pisaron el parquet olímpico por primera vez, integrando el deslumbrante "Dream Team". Michael Jordan, Larry Bird y Magic Johnson juntos, con una misma camiseta, arrasaron y dieron espectáculo en cada uno de sus ocho encuentros, donde promediaron 117 puntos.
El gimnasta beloruso Vitaly Scherbo fue de lo más destacado del certamen, al conquistar un total de seis medallas de oro. Como si fuese poco, cuatro de ellas las ganó en un mismo día, algo inédito en la historia olímpica.
En la pista atlética, la estadounidense Gail Devers se impuso en una de las carreras más apretadas que se hayan visto en los 100 metros. Su triunfo sobre la jamaicana Juliet Cuthbert fue por una centésima de segundo de diferencia. Incluso la también jamaicana Marlene Ottey, que llegó a seis centésimas de segundo de la ganadora, resultó quinta. En el foso, Carl Lewis una vez más ganó el oro en el salto largo.
Para el recuerdo también quedará la última vuelta en la final de los 10 mil metros femeninos, donde la etiope Derartu Tulu -la primera mujer negra en ganar medalla de oro- dio una vuelta de la mano de la sudafricana caucásica Elana Meyer, como símbolo de unidad racial. El espíritu olímpico pareció volver a brillar con toda su luz en tierras catalanas.