El centenario de los Juegos Olímpicos modernos parecía estar destinado a tener como escenario a Atenas, pero el Comité Olímpico dio la gran sorpresa al ceder la organización a Atlanta, una cita que por primera vez rebasó la cifra de 10 mil atletas reunidos en una misma celebración deportiva.
Desde la jornada inaugural, cuando el histórico púgil Muhammed Alí encendió la llama olímpica, los juegos de Atlanta fueron de alta emoción en las distintas disciplinas. Eso sí, con el oscuro paréntesis que significó el atentado al Parque del Centenario Olímpico, que dejó un muerto y 110 heridos.
La historia la comenzó a escribir Carl Lewis, por cuarta vez consecutiva ganador en el salto largo. Sólo cuatro atletas han podido ganar esa cantidad de ocasiones una prueba individual en los juegos. Lewis además totalizó nueve oros en su carrera, sólo cuatro deportistas lo han logrado en la historia. La dinastía de Lewis en la velocidad tuvo como relevo a su compatriota Michael Johnson, quien pulverizó la marca en los 200 metros y luego celebró en los 400m.
Para la historia también quedará el nombre del austríaco Hubert Raudaschl, quien en Atlanta completó su novena participación en unos Juegos Olímpicos, en los que estuvo presente desde 1964. Su única medalla fue una plateada en Moscú 1980. Esa misma edición fue cuando la alemana Birgit Schmidt ganó su primer oro en el canotaje. 16 años después, Schmidt obtuvo su quinta medalla de oro.
Nigeria envió a África su primera medalla en el fútbol, al superar a Argentina por 3-2 en la final. De esta forma, los nigerianos fueron uno de los 79 países que terminaron en el medallero al menos con una presea, una cifra inédita hasta entonces.